Una red de control domótico está compuesta por una serie de nodos que se conectan unos con otros a través del bus de comunicaciones. Podemos agruparlos en tres categorías, aunque un mismo nodo puede tener distintos roles:
- Nodos de control estándar, encargados de controlar y actuar sobre los elementos a automatizar. Miden a través de sensores, y actúan mediante actuadores (relés, motores, etc.) sobre elementos a controlar tales como luces, persianas o calefacción.
- Nodos de supervisión, dedicados a actuar como interfaz con el usuario y donde se disponen las funciones que el usuario puede supervisar o controlar. Ej.: Pantallas táctiles.
- Nodos de comunicaciones, dedicados específicamente a soportar la red de comunicaciones para el control de la vivienda.