Las tecnologías inmersivas se utilizan cada vez más en educación, dado el potencial que tienen para facilitar el aprendizaje y su poder de atracción para los más jóvenes, que se encuentran muy familiarizados con los dispositivos tecnológicos.
La llegada de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) al ámbito de la educación ha traído consigo una serie de iniciativas innovadoras, que facilitan la enseñanza de contenidos abstractos o complejos (Cavazos-Salazar y Suárez-Escalona, 2020). Los avances tecnológicos sobre la realidad virtual, aumentada y mixta han generado numerosos recursos innovadores, que permiten modificar la educación tradicional, para dar paso a una forma de educación más activa y experimental, en la cual se pueden recrear distintas situaciones, con la finalidad de desarrollar diferentes habilidades y formas de visualización (Tello-Beltrán, 2018).