Aunque allá por los años 70 y 80 del siglo XX se publicaron algunos estudios serológicos que sugerían que el WNV podía haber circulado en España al igual que lo hizo en Francia y Portugal en la misma época, lo cierto es que aquellos estudios no eran concluyentes debido a la falta de especificidad de las técnicas empleadas. Hubo que esperar a los primeros años del siglo XXI, a la re-emergencia del WNV en la cuenca mediterránea y Este de Europa para que en España se reanudaránreanudaran dichos estudios, y ya con mejores herramientas diagnósticas (que incluían la RT-PCR y la seroneutralización diferencial de flavivirus) se pudiera buscar la evidencia de circulación del virus en nuestro territorio. En efecto, en 2003-2004 se detectó seroconversión específica frente a WNV en fochas de la marisma del Guadalquivir (Figuerola et al, 2007) lo que constituyó la primera evidencia inequívoca de la circulación local del virus. Prácticamente al mismo tiempo fue detectada por RT-PCR la infección por WNV en aves rapaces en la provincia de Toledo (Höfle, U et al, 2008) y se diagnosticó un caso esporádico de enfermedad por WNV en un varón infectado en la provincia de Badajoz (Kaptoul, D. et al, 2007). Poco después (2007) el virus fue aislado de dos águilas reales enfermas en la provincia de Toledo (Jiménez-Clavero et al, 2007). Ante esta acumulación de evidencia, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lanzó en 2007 un plan de vigilancia en aves, mosquitos y equinos que desde entonces proporciona datos relevantes sobre las zonas de circulación del WNV: en 2007-2009 se hallaron mosquitos infectados en Huelva y serología positiva en aves y caballos en diversas zonas del suroeste peninsular. En 2010 se produjo el primer brote de enfermedad neuroinvasiva por WNV en humanos (2 casos), en la provincia de Cádiz, que fue acompañado de un gran número de brotes en caballos de la zona entre Cádiz, Sevilla y Huelva. Esta situación representaba un salto cualitativo respecto a la precedente, caracterizada por una circulación más bien silenciosa, con muy pocos casos siempre esporádicos (revisión en Sotelo et al, 2011). Desde entonces los brotes en equinos en las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla se han venido produciendo todos los años, con intensidad variable (de unas pocas decenas a más de 100 focos, dependiendo del año), aunque en humanos los brotes siguieron detectándose esporádicamente: en 2016 volvió a producirse un brote en Cádiz afectando a 3 personas (López-Ruíz, N. et al, 2016).
Figura 4. Rastreo de evidencia de la presencia del virus West Nile en España desde 2001 y hasta 2010 (Fuente: elaboración propia).
Mientras, se producía una situación nueva en Europa: un nuevo linaje genético (linaje 2), que apareció en el centro del continente (Hungría) en 2004, se extendía e iba paulatinamente sustituyendo al previamente prevalente linaje 1 del WNV. La situación explotó en 2018, año en el que se produjeron 1463 casos humanos en la UE, es decir, más casos que la suma de casos de todas las temporadas precedentes (Camp, J.V. et al, 2020). Ese año sin embargo no fue especialmente virulento en España, donde el linaje 1 siguió siendo predominante. Sin embargo, en 2017 se detectó WNV de linaje 2 por primera vez en la Península, concretamente en Lleida, en un brote que afectó a aves silvestres (azores) en un centro de recuperación de fauna (Busquets, N. et al, 2019). Desde entonces esta variante de linaje 2 del WNV no solo se ha mantenido sino que se ha extendido por el noreste de España, produciendo brotes de enfermedad en aves (azores) (Aguilera-Sepúlveda, P et al, 2022) y alcanzando ya a dos CC.AA, Cataluña y la Comunitat Valenciana, con casos equinos y humanos (MAPA, 2022) probablemente debidos a infección por WNV de linaje 2, aunque este último extremo no ha podido ser confirmado debido a que las herramientas diagnósticas utilizadas (serológicas) no permiten la diferenciación de linajes.
Figura 5. Focos de enfermedad por virus West Nile en España desde 2010 hasta 2020 (Fuente: elaboración propia).
El brote más grave de enfermedad por infección del WNV en humanos en España ocurrió en verano de 2020, en el que fueron diagnosticados 77 casos humanos de enfermedad neuroinvasiva por WNV, de ellos 8 mortales (García San Miguel Rodríguez-Alarcón L et al, 2022). Por provincias, Sevilla fue la más afectada (56 casos) seguida de Cádiz (15) y Badajoz (6). El causante fue un WNV de linaje 1, como todos los que se han identificado en esta zona hasta ahora. Este brote fue acompañado de 132 focos de enfermedad en equinos (121 en Andalucía, 7 en Extremadura), que se sumaron a 6 más en Cataluña y 1 en la Comunitat Valenciana, alcanzando un total de 136, es decir, el récord histórico de brotes equinos en nuestro país (Figuerola, J, et al, 2022). Desde 2020 se han producido casos humanos de enfermedad neuroinvasiva por WNV todos los años: 6 en 2021 (todos en la provincia de Sevilla) y 5 en 2022 (2 en Cádiz, 1 en Córdoba y 2 en Tarragona) (ECDC, 2022).
Tabla 2. Focos de enfermedad por virus West Nile en España en 2021 y 2022 (Fuente: elaboración propia sobre datos del MAPA y del CCAES).
Actualmente por lo tanto la situación en España con respecto a la infección por WNV es de un incremento paulatino de la incidencia y la extensión geográfica, tanto en poblaciones animales como humanas, acelerado en los últimos años, con dos linajes genéticos circulando y expandiéndose desde extremos distantes geográficamente y no solapantes. Por un lado, está el linaje 1 extendiéndose desde el suroeste en dirección norte, mientras que el linaje 2 se extiende desde el noreste hacia el sur. Las fuentes de introducción de estas variantes no se conocen, si bien existe evidencia cada vez más abundante de que las aves juegan un papel en estas introducciones desde regiones geográficamente distantes. Los estudios filogenéticos efectuados en las variantes genéticas del virus detectadas en España permiten establecer un número de introducciones independientes no menor de 4, posiblemente 5, (Aguilera-Sepúlveda, P. et al, artículo en preparación) de las que una corresponde a la cepa de linaje 2 que circula por el noreste del país, y el resto a diversas cepas que circulan por el suroeste. Se ha podido evidenciar que estas cepas pueden circular de forma silenciosa durante años y acabar reemergiendo en forma de brotes a veces muy virulentos. También se ha podido evidenciar la extinción de cepas y la co-circulación y alternancia de las mismas en las mismas zonas (Ruíz-López, M.J. et al, artículo en preparación). Los factores que determinan estas dinámicas están aún lejos de esclarecerse.
Figura 6. Situación actual del virus West Nile en España, con dos linajes, L1 y L2, de distinta procedencia extendiéndose en direcciones opuestas (Fuente: elaboración propia sobre mapa elaborado por Marta Martínez Avilés, CISA, INIA-CSIC con datos del MAPA y del CCAES).