Las alarmas técnicas permiten detectar y localizar situaciones de peligro que puedan producirse por el fallo o anomalía en alguna de las instalaciones de la vivienda, incluyendo incendios y fugas de agua y gas, fallos de suministro eléctrico, de comunicaciones, de ascensores, etc., así como la puesta en marcha automática de aquellas secuencias de acciones previstas para minimizar los riesgos y daños que puedan producirse.
Por ejemplo, la detección de incendios se realiza a través de alguno de los fenómenos que acompañan al fuego. De esta forma encontramos detectores de humo (ópticos o iónicos), detectores térmicos (temperatura alta), detectores termo-velocimétricos (aumento brusco de la temperatura), detectores de llama (radiación Infrarroja o ultravioleta), detectores de gases de la combustión (sensores de CO y CO2) o detectores de escape de gas (sensor de gas natural y sensor de flujo de gas). Su combinación previene y facilita la detección temprana de distintos tipos de incendios.