Foro del Módulo 3

Hola, buenos dias.

La Mantica inductiva o artificial, la ejercian en Grecia los adivinos (mantis) y en Roma los augures, que formaban un colegio sacerdotal.
La Mántica intuitiva, natural o inspirada , era considerada producto de la posesión por parte de los Dioses, en particular, Apolo, y correspondía a los profetas y profetisas, como la Pitia délfica.

Yo creo que en aquella epoca, la intuitiva debía ser para ellos más efectiva y confiable porque era a través de la intervención de los Dioses, y sobre todo de Apolo, Dios de la profecía y las purificaciones, que fue especialmente venerado por todos los griegos.

Leyendo cada una de ellas, me ha hecho mucha gracia ("con ironia") lo de la subordinación de las mujeres en el ritual délfico. Primero la`pítia hacia todo su ritual pero... finalmente debían intervenir los exegetas oficiales (todo varones, por supuesto!) que redactaban lo que ellos consideraban que ella quería decir...

Saludos.

Dice Cicerón que la mántica inductiva es “artificial” mientras que la intuitiva es “natural”. Es decir, que la inductiva es una técnica que se aprende a partir de casos pasados, analizando qué sucesos acaecieron después de otros con la intención de proyectar esa misma conexión en el futuro. Por el contrario, la adivinación intuitiva es natural, en el sentido de que es un don que no hay que aprender, sino que opera como una especie de posesión del espíritu y se manifiesta generalmente en estados maníacos (trances), en los sueños o simplemente como visiones inmediatas.
Me parece que ambos métodos pueden aparecer combinados en muchas ocasiones. Así, por ejemplo, la Pitia de Delfos profiere sus vaticinios de forma intuitiva pero no resultan comprensibles hasta que el sacerdote de Apolo los convierte en palabras coherentes. Lo mismo puede suceder en la oniromancia, ejemplo típico de presagios naturales, que frecuentemente se somete a una interpretación de los sueños por parte de un “experto” que aplica a los símbolos su técnica inductiva para hacerlos comprensibles. Pienso que esto podría significar una cierta superioridad concedida a la mántica inductiva.
Esta superioridad tendría una gran importancia en el mundo clásico, ya que dejaba en manos de los “técnicos” (augures, arúspices, sacerdotes) un buen número de elecciones importantes. Y no es difícil imaginar que ejercer influencia sobre estos intérpretes sería un buen modo de justificar decisiones políticas, económicas o militares en favor de los intereses de quien pudiese controlar los augurios. Sería como controlar hoy una importante institución de encuestas.
Yo creo que ambos tipos de adivinación se mantienen, de manera más informal, menos generalizada y con menor relevancia, en nuestra vida presente. Por ejemplo, hay quienes al ver un décimo de lotería sienten un “pálpito” interior que les lleva a comprarlo (intuición), mientras que otros confían más en los números premiados con anterioridad (inducción).
Pero quizá hoy sería más aceptable para nosotros la metodología inductiva. Al fin y al cabo, las ciencias modernas, exceptuando las matemáticas, tienen carácter inductivo, ya que consisten en extraer datos del pasado para tratar de averiguar los sucesos futuros. Son ciencias experimentales, pero como no es posible experimentar el futuro, no queda otra vía que recurrir al pasado para convertir las hipótesis en leyes. ¿Son los científicos los nuevos arúspices?