A mí me parece que ambos textos coinciden en plantear relatos cosmogónicos que se aproximan a las explicaciones filosóficas, marcando en distinto grado una separación de los mitos anteriores.
Esto es más claro en el texto de Diodoro que se refiere a un estado inicial confuso de Cielo y Tierra (el Caos), tres elementos que remiten a Hesíodo, pero que aquí no aparecen como seres divinos, sino como estados de la materia. Del mismo modo, las fuerzas que actúan para ir formando el resto de las cosas son fuerzas puramente físicas (movimiento, calor, humedad) y no intervenciones divinas. Yo veo en Diodoro una inspiración bastante clara en la teoría de Anaxímenes, al dar importancia al aire como elemento primordial que adquiere diversos estados, condensándose más o menos, debido al frío, al calor y la humedad, fuerzas físicas en todo caso, como lo es la fuerza de rotación, que también menciona el texto y que es el movimiento que explica el desarrollo del universo según Anaximandro. En resumen, creo que el texto de Diodoro se inspira más en los filósofos presocráticos que en la mitología.
Esta misma inspiración creo yo que predomina en el texto de Ovidio, aunque aquí de una forma menos clara. También aquí aparece el Caos como estado inicial indiferenciado de la tierra, el mar y el aire, y fuerzas naturales como el calor del fuego o la gravedad. Por supuesto, la diferencia está en la mención de un dios como causa de todas las transformaciones, como algo superior en el sentido de que posee capacidad de dar un orden al universo. Pero esta fuerza superior no parece identificarse con ninguno de los dioses mitológicos, sino más bien con el Demiurgo de Platón, la Razón universal de los estoicos o, quizá más exactamente, con el Nous de Anaxágoras, que une los elementos iniciales antes separados en la “armoniosa paz” a la que se refiere el texto. El carácter poético del texto lleva a Ovidio a asignar seres vivos a cada parte del mundo físico ya constituido, convirtiendo a los dioses en habitantes del cielo junto con los astros, pero sin identificarse con ellos. No se les otorga un papel cosmogónico relevante.